ORAR EN EL ESPÍRITU SANTO Y SERVIR A DIOS
POR QUE DEBEMOS ORAR EN EL ESPÍRITU SANTO Y SERVIR A DIOS
Solo a Él servirás cubierto bajo el manto del Espíritu Santo
Desde el punto de vista religioso se define como la actitud del hombre frente a Dios hecha de adoración, obediencia, agradecimiento y fidelidad (Deuteronomio 13: 4-5) “En pos de Jehová vuestro Dios andaréis; a él temeréis, guardaréis sus mandamientos y escucharéis su voz, a él serviréis, y a él seguiréis. Tal profeta o soñador de sueños ha de ser muerto, por cuanto aconsejó rebelión contra Jehová vuestro Dios que te sacó de tierra de Egipto y te rescató de casa de servidumbre, y trató de apartarte del camino por el cual Jehová tu Dios te mandó que anduvieses; y así quitarás el mal de en medio de ti."
El Nuevo Testamento, hace eco de esta misma actitud con respecto a Dios. (Mateo: 4,10) “Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás", propone a Jesús como modelo de servicio (Mateo 20:28) y subraya que sólo se sirve bien a Dios cuando se sirve comprometidamente a los hermanos (Mateo 25:14-30). Por lo demás, el servicio a Dios se concreta en el servicio a Cristo y su evangelio (Romanos 1:1); (Romanos 6:18-19).
No debemos dudar de que Jehová Dios y su Hijo Jesucristo dan verdadera importancia a esta clase de servicio.
Jesús personalmente experimentó necesidades humanas como el hambre y la sed. Sin duda apreció muchísimo el que, después de haber pasado cuarenta días en ayuno, ‘vinieran ángeles y se pusieran a servirle [diakoneo].’ (Mateo 4:11)
En una parábola que dio hacia el fin de su servicio terrestre, Jesús describió el juicio que pronunciaría con relación a dos clases de personas, una clase asemejada a “ovejas,” la otra a “cabras.” Las “ovejas,” que fueron aprobadas y bendecidas, vinieron a asistir o ayudar a los hermanos de Cristo cuando los vieron necesitados. Pero las “cabras,” que fueron condenadas, vieron a éstos con hambre y sed, con necesidad de hospitalidad o albergue, carentes de ropa o enfermos o en prisión y ‘no los asistieron. (Mateo 25:31-46).
Ventajas de ser un Servidor de Cristo
El precio de un servidor pareciera ser muy alto. Jesús dice claramente que si alguno quiere seguirle, entonces debe renunciar a su propia vida. Algunas veces puede ser difícil hacer esto, especialmente cuando uno no puede ver de inmediato las ventajas. Solo por nombrar algunas aquí te describo siete de las muchas buenas razones para renunciar a todo y vivir para Cristo.Recibes una conexión personal con Jesucristo
Jesucristo, un amigo de por vida. Piensa tener un amigo y compañero por toda la vida, un maestro y mentor, un modelo a seguir y una ayuda en cada situación de la vida. Jesús es tal persona para nosotros. Él fue tentado en todo, según nuestra semejanza, pero venció sobre todo pecado, de modo que independiente a lo que nos enfrentemos, puede Jesús reconocerse en nuestras situaciones y también ayudarnos a superarlas. Él nunca nos abandonará.
Independientemente de cuán grande y aterrador es el mundo, no importa cuántas situaciones difíciles se amontonen, no importa que tan fríos y solos nos sintamos, Jesús está ahí para nosotros. Un amigo personal, un mentor y ayudador de por vida. ¿Qué más podríamos pedir?
Recibes el Espíritu Santo como una ayuda y un compañero en tu vida
“Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.” Juan 16:13.
El Espíritu Santo es enviado desde el cielo para ser una presencia guiadora y un poder en nuestra vida. Él nos guía en todas las cosas; un ayudador independiente de lo que suceda. Él nos muestra nuestros pecados, y lo que debemos hacer para vencerlos, ¡y entonces nos da poder para hacerlo! Él es una fuerza impulsora, un motor que nos lleva hacia delante y nos da fortaleza cuando sentimos que no la tenemos.
Recibes victoria sobre el pecado y todas las cosas que te hacen infeliz
Toda la miseria en el mundo es resultado del pecado. Como cristianos estamos llamados a tener victoria sobre todo pecado consciente. ¡Dicho con otras palabras a ser libres de todo lo que nos hace infelices!
Cuando recibes victoria sobre el pecado entonces encuentras la felicidad
Una alegría celestial perfecta, que no te deja con una sensación de vacío e infelicidad. El pecado te puede hacer sentir feliz por un momento, pero los placeres pasajeros del pecado no se comparan en nada con la alegría de vivir una vida victoriosa.
Tomas las virtudes de Cristo y eres transformado a su imagen
Jesús pasó su vida en victoria sobre el pecado. Él fue libre para bendecir a las personas en todas las cosas, porque no tenía en su consciencia pecado que lo retuviera. Todo ese egoísmo, exigencias, orgullo, avaricia, lujuria, y cualquier otro pecado imaginable en la forma que sea – Jesús obtuvo victoria sobre eso.
Nosotros estamos llamados a vivir esta vida victoriosa, del mismo modo que Jesús, y mientras somos más liberados del pecado somos más y más transformados a la imagen de Jesucristo.
“Más el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,…” Gálatas 5:22. Cuando dejamos entrar el Espíritu Santo en nuestros corazones y comenzamos servir y a seguir a Jesucristo y tener victoria sobre el pecado, entonces comenzamos a tener los frutos del Espíritu Santo.
Piensa poder estar siempre lleno de amor, alegre y paciente en lugar de egoísta, orgulloso, ansioso, o enojado. ¡Podemos ser de bendición para los demás. En la medida que somos cada vez más semejantes a Cristo, nuestra capacidad para bendecir y servir a los demás aumenta. No solo el cristianismo nos hace felices, sino que también a través de este hacemos felices a aquellos que nos rodean, y esto nos lleva a un gozo verdadero.
Felicidad en la vida terrenal
Por todos lados ves gente preguntándose por una receta para una vida feliz. Es un objetivo universal, sin embargo muy pocos han encontrado una manera de estar siempre felices, sin importar lo que pasa, cada segundo de cada día de cada año. Como cristianos esto no sólo es posible, sino que es algo que se nos ha prometido. “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.” Jeremías 29:11.
Jamás fue la intención de Dios que fuéramos infelices en la tierra por ochenta años, para luego ser felices en el cielo. Dios tiene pensamientos de paz hacia nosotros – ¡Él quiere que seamos felices ahora! Y mientras todo lo que queramos esté en línea con lo que Dios quiere, entonces eso por supuesto sucederá.
“Lleno estoy de consolación; sobreabundo de gozo en todas nuestras tribulaciones.” 2 Corintios 7:4. Esto es lo que implica ser cristiano: ¡Tener gozo en todas nuestras tribulaciones! Es fácil ser feliz cuando todo va bien en la vida, pero ser cristiano significa ser feliz incluso cuando las cosas parecen que van en contra nuestra.
Paz y reposo – una vida sin ansiedad
“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” Romanos 8:28.
El mundo es un lugar incierto. Desastres naturales, inseguridad financiera, crisis económicas – ¿cómo puede alguien encontrar descanso en un tiempo tan agresivo? Pero está escrito que “a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien.” Esto significa que Dios cuida a sus hijos, independientemente de lo que suceda en el mundo.
Pase lo que pase, ya sea recesiones económicas, huracanes, corrupción, calentamiento global, o cualquier otra cosa que uno enfrente en su camino, Dios cuidará de nosotros. Nosotros somos aquellos que amamos a Dios. Nada puede sucedernos que no sea para nuestro absoluto bien.
Eso no significa que lo que más nos conviene, o lo que creemos nos conviene es para “nuestro bien.” Significa que Dios arregla todo para hacernos felices en el largo plazo. El permite que experimentemos pruebas que – tomadas en la manera correcta – son oportunidades para llevar a la muerte nuestro pecado y experimentar cada vez más alegría. ¿No es esto lo mejor para nosotros?
La vida en la eternidad como la Esposa de Jesús
Independiente de dónde vas o con quien hablas, parece que la muerte es el factor más “desconocido” en la vida. El temor a morir puede ser la causa de mucha preocupación y ansiedad en la vida de una persona. Pero piensa: Como cristianos podemos ir por la vida y saber exactamente qué pasará después de nuestra muerte.
Recibimos una vida eterna en el cielo, en paz y felicidad como la Esposa de Jesús! Jesús dijo: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente.” Juan 11:25-26.
“Ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno; porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos.” Apocalipsis 7:16-17.
Cuando el premio es tan grande, el precio a pagar es totalmente insignificante
Dios nos da todo lo que pudiésemos querer o necesitar. Él ve claramente cómo debemos vivir nuestras vidas. Ha preparado la vida perfecta delante de nosotros y si estamos al cien por ciento obedientes a todo lo que pone en nuestros corazones, entonces esta vida nos llevará a la alegría perfecta. Tendremos fuerza y poder para ir por la vida sin ser una sola vez infelices, ¡y esta vida feliz en libertad continuará en la eternidad.
Nuestra mejor ofrenda de amor es entregar una vida de servicio a nuestro Salvador, a quién ama nuestra alma. Debemos confiar en que andamos cubiertos bajo el manto del Espíritu Santo en nombre de nuestro señor Jesucristo.