PODEROSAS ORACIONES DE SANACIÓN
4 PODEROSAS ORACIONES DE SANACIÓN PARA REZAR AL ESPÍRITU SANTO
El
espíritu santo es la tercena persona de la Santísima Trinidad, la cual posee,
junto al Padre y el Hijo, una misma naturaleza y esencia divina.
Es San Juan el que afirma que el espíritu santo se quedará con nosotros, discípulos del Señor, luego de que Jesús no sea visible entre los vivos.
A
continuación, les dejamos 4 oraciones de sanación y liberación al espíritu santo. Al final de todo, tendremos una reflexión que los dejará pensando.
1. LETANÍAS AL ESPÍRITU SANTO
Señor,
ten piedad de nosotros.
Cristo ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Cristo, Padre celestial Ten piedad de nosotros.
Dios
hijo, Redentor del mundo
Espíritu
Santo que procedes
Del
Padre y del Hijo Te alabamos y te bendecimos.
Espíritu del Señor, Dios de Israel.
Espíritu que posees todo poder.
Espíritu, fuente de todo bien.
Espíritu que embelleces los cielos.
Espíritu de sabiduría e inteligencia.
Espíritu de consejo.
Espíritu de fortaleza.
Espíritu de ciencia.
Espíritu de piedad.
Espíritu de temor del Señor.
Espíritu, inspirador de los santos.
Espíritu prometido y donado por el Padre.
Espíritu de gracia y de misericordia.
Espíritu suave y benigno.
Espíritu de salud y de gozo.
Espíritu de fe y de fervor.
Espíritu de paz.
Espíritu de consolación.
Espíritu de santificación.
Espíritu de bondad y benignidad.
Espíritu, suma de todas las gracias.
Cordero de Dios Que quitas los pecados del mundo.
Perdónanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo.
Escúchanos Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo.
Ten piedad de nosotros.
2. CONSAGRACIÓN DE LA FAMILIA AL ESPÍRITU SANTO
¡Oh
Dios Espíritu Santo! Postrados ante tu divina majestad, venimos a consagrarnos
a Ti con todo lo que somos y tenemos.
Por un acto de la omnipotencia del Padre hemos sido creados, por gracia del Hijo hemos sido redimidos, y por tu inefable amor has venido a nuestras almas para santificarnos, comunicándonos tu misma vida divina.
Desde
el día de nuestro bautismo has tomado posesión de cada uno de nosotros,
transformándonos en templos vivos donde Tú moras juntamente con el Padre y el
Hijo; y el día de la Confirmación fue la Pentecostés en que descendiste a
nuestros corazones con la plenitud de tus dones, pera que viviéramos una vida
íntegramente cristiana.
Permanece
entre nosotros para presidir nuestras reuniones; santifica nuestras alegrías y
endulza nuestros pesares; ilumina nuestras mentes con los dones de la
sabiduría, del entendimiento y de la ciencia; en horas de confusión y de dudas
asístenos con el don del consejo; para no desmayar en la lucha y el trabajo
concédenos tu fortaleza; que toda nuestra vida religiosa y familiar esté
impregnada de tu espíritu de piedad; y que a todos nos mueva un temor santo y
filial para no ofenderte a Ti que eres la santidad misma.
Asistidos
en todo momento por tus dones y gracias, queremos llevar una vida santa en tu
presencia.
Por
eso hoy te hacemos entrega de nuestra familia y de cada uno de nosotros por el
tiempo y la eternidad. Te consagramos nuestras almas y nuestros cuerpos,
nuestros bienes materiales y espirituales, para que Tú sólo dispongas de
nosotros y de lo nuestro según tu beneplácito. Sólo te pedimos la gracia que
después de haberte glorificado en la tierra, pueda toda nuestra familia
alabarte en el cielo, donde con el Padre y el Hijo vives y reinas por los
siglos de los siglos.
Así
sea.
3. Intercesión de María que envía al Espíritu Santo
Por intercesión de María
envía
al Espíritu Santo
Divino
Padre Eterno, en nombre de Jesucristo y por la intercesión de la Siempre Virgen
María;
envía
a mi corazón al Espíritu Santo.
Espíritu
Santo, Dios de infinita caridad, dame Tu Santo Amor.
Espíritu Santo, Dios de las virtudes; conviérteme.
Espíritu Santo, Fuente de luces celestes;
disipa
mi ignorancia.
Espíritu Santo, Dios de infinita pureza; santifica mi alma.
Espíritu Santo, que habitas en mi alma, transfórmala y hazla toda tuya.
Espíritu Santo, Amor sustancial del padre y del Hijo, permanece siempre en mi corazón.
Tres veces: Gloria al Padre
4. Oración de San Agustín
Ven
a mí, Espíritu Santo,
Espíritu
de sabiduría:
dame
mirada y oído interior
para
que no me apegue a las cosas materiales,
sino
que busque siempre las realidades del Espíritu.
Ven
a mí, Espíritu Santo,
Espíritu
de amor:
haz
que mi corazón
siempre
sea capaz de más caridad.
Ven a mí, Espíritu Santo,
Espíritu
de verdad:
concédeme
llegar al conocimiento de la verdad
en
toda su plenitud.
Ven a mí, Espíritu Santo,
agua
viva que lanza a la vida eterna:
concédeme
la gracia de llegar
a
contemplar el rostro del Padre
en
la vida y en la alegría sin fin.
Amén.
Reflexión final
El Espíritu Santo se encuentra de la mano del Señor. Él se nos puede manifestar de muchísimas formas. Haciendo los milagros que tanto hemos pedido arrodillados.
Sin embargo, he visto mucho como mis prójimos se quedan de rodillas esperando a que suceda lo que han pedido de la noche a la mañana.
Y si de algo me he dado cuenta estos años, es que a Dios le gusta que nos esforcemos por alcanzar nuestros propósitos en la vida y ahí es cuando él intercede en nuestro camino y pone todo en su lugar.
De la misma manera trabaja el Espíritu Santo. Así que no es solo pedir, también es creer, entregarse en total plenitud a las manos del Señor y obrar para que todo suceda.